Todo empezó con una idea que sonaba demasiado bien.
Hace un tiempo se me ocurrió una idea para un negocio.
De esas que suenan tan bien que hasta dan miedo.
¿Te suena?
Te iluminas, te emocionas, te montas la película entera:
“Primero hago esto, luego esto otro, luego los premios, las entrevistas, el éxito internacional, la biopic en Netflix…”
Pero luego, zas.
La pregunta.
La maldita pregunta:
¿Y si es una chorrada monumental?
¿Y si nadie lo necesita?
¿Y si soy solo yo, con mis ideas de bombero y mi entusiasmo de sábado noche después de unas copitas demás?
Ese ruido interno es tremendo.
El de la duda.
El de la inseguridad.
El de: “no quiero tirarme meses trabajando en algo que nadie quiere, gracias”.
Yo no tenía ganas de perder tiempo. Ni dinero.
Ni autoestima.
Y entonces hice algo que no había hecho nunca:
Abrí ChatGPT y le dije algo tipo:
“Ey, tengo esta idea.
¿Tiene sentido o necesito una tila?”
No sabía si me iba a responder algo útil o si me iba a soltar una frase motivacional genérica como “cree en ti y en tu propósito”.
Pero no.
Me sorprendió.
Me hizo las preguntas que nadie me había hecho.
— ¿Para quién es exactamente?
— ¿Qué problema resuelve?
— ¿Qué están haciendo ahora esas personas para resolver ese problema?
— ¿Qué diferencia lo tuyo de lo que ya existe?
Fue como tener a un consultor pesado, pero barato.
(Y por pesado me refiero a útil: no me dejó escapar con respuestas vagas).
Seguí el hilo. Afiné la idea. Me quitó capas de humo.
Y, por primera vez, sentí que no estaba lanzando ideas al aire, sino aterrizándolas.
Esa fue mi primera validación.
Y no necesitó ni encuestas, ni focus groups, ni tablas de Excel que me dieran alergia.
Solo una conversación.
Con una máquina que, oye, tiene más criterio que algunos “gurús” humanos.
Moraleja: la IA no te dice qué hacer, pero te ayuda a pensar mejor.
Porque a veces no necesitas más información.
Necesitas mejores preguntas.
Y eso, curiosamente, te lo puede dar una máquina bien entrenada.
Después ya te toca pensar a ti y validar en el mundo real.
Y si tú estás ahí…
…dando vueltas a una idea de negocio que te ilusiona pero también te asusta…
…y te preguntas si vale la pena o si estás a punto de montar el enésimo negocio fallido que se queda en un PowerPoint…
…esto puede ayudarte.
Porque sí: la IA también sirve para esto.
No solo escribe poemas ni imita voces.
También puede convertirse en ese socio invisible que te dice:
— Esa idea está bien, pero ¿para quién es?
— ¿Tú pagarías por eso?
— ¿Qué te hace pensar que alguien más lo haría?
No para desanimarte.
Sino para ayudarte a afinar. A quitarle ruido a tu idea.
Y a convertirla en algo que tenga eco de verdad.
¿Quieres saber cómo validar tu idea de negocio con IA paso a paso?
Aquí viene la parte útil de verdad.
La que me habría encantado tener antes de lanzarme a ciegas.
Es un mini proceso en 5 pasos para usar ChatGPT (u otra IA) como herramienta estratégica para darle forma a tu idea, cuestionarla, pulirla y… sí, validarla.
📌 Disponible solo para suscriptores de pago (y mañana es el último día para apuntarse y recibir la auditoría personalizada)
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Ekho comunicación para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.